-Allá por el mes de mayo escribí en este mismo espacio un texto titulado “China Suárez: la vida a mil”, que daba cuenta del modo vertiginoso en que la actriz de 21 años encara su existencia y su carrera. Entonces, ella, pareja de Nicolás Cabré, estaba embarazada y se lucía, con el papel de Julieta, en “Solamente vos” (El Trece). Dadas las circunstancias de la vida real, la trama de la novela dejó a Julieta encinta y así, María Eugenia Suárez pudo seguir trabajando en la tira de Pol-ka hasta dos meses antes del parto. El 18 de julio último nació su hija Rufina. Apenas treinta días después, Suárez regresó al set para grabar las escenas que se vieron anoche. No quedan dudas: la China es dueña de una energía que no la deja quieta ni un segundo. La reaparición de China Suárez en la tele fue motivo de innumerables comentarios en Twitter, donde se convirtió enseguida en Trending Topic. La mayoría de los tuits aludían a lo espléndida que se la ve físicamente. Coincido con esa apreciación. Realmente, mirabas su cuerpo y no podías creer que acabara de ser madre. Pero fuera de eso, que en todo caso será fruto de la genética y de su juventud, hubo algo que me llamó la atención: la manera en la que retomó su personaje.En la ficción, Julieta —que se había ido a vivir fuera de Buenos Aires junto al padre de su futuro hijo— regresó de visita a la casa familiar con un bebé de dos semanas, Juan Segundo, en los brazos. El hecho fue motivo de alegría para todos y también la ocasión para poner sobre el tapete los conflictos que atraviesan los Cousteau, aunque se empeñen en negarlos. Lo interesante, a mi modo de ver, es que China Suárez se metió en su personaje como si no se hubiera alejado de él jamás. ¿Hizo lo mismo de siempre? No, y allí reside su mérito: mostró a una Julieta que no perdió su personalidad—pragmática, inquieta, enemiga de las demostraciones de cariño sensibleras—, pero que, a todas luces, ha crecido. En una escena, Aurora (Natalia Oreiro) le hizo notar a Julieta que la veía más aplomada y recibió como respuesta una constatación: “Y, sí, alguna vez tenía que madurar”. Lo bueno de la China Suárez es que encontró el punto exacto para componer a su Julieta actual: más madura, es verdad, aunque sin dejar de ser quien era. Es evidente que la actriz le tiene bien tomado el pulso al personaje. Pasó tres meses sin interpretarlo. Y fueron tres meses de tal intensidad en su vida personal que bien podrían haberle hecho olvidar el rumbo de su criatura de ficción. Sin embargo, ayer quedó muy claro que apenas se calzó la ropa de Julieta y se encendió la cámara, la China volvió a ser la mayor hija de los Cousteau, tal y como requería la historia: una rebelde nata a quien la reciente maternidad la ha vuelto un poco más centrada, menos arrebatada. Bravo por la China y su compromiso con el personaje.
Fue lo más visto de ayer con un 17.9 !!!
Vamos Euge!!!!
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